El arte en lo cotidiano de la época de la revolución: El estilo Imperio.

 

Ximena Guadalupe Salgado Aranda.

En el punto álgido de la Revolución Francesa, durante el Reinado del Terror, los miembros de la Convención Nacional y  Robespierre, buscaron inspirarse en la Antigua Roma. Para ellos, la República Romana, con su idealizada austeridad, sencillez y estoicismo fueron el modelo a seguir.

    Desde el francés el style Empire, se trata del estilo neoclásico que predominó en Francia (Siglo XIX), llamado así durante el primer imperio, donde se encontraba justamente la dominación Napoleónica, con el fin sobre todo de celebrar el ascenso al poder de Napoleón Bonaparte. Es un estilo artístico, dominante en arquitectura, decoración de interiores, mobiliario y moda, durante los inicios del siglo XIX en Francia. El estilo Imperio rechazó las formas primitivas y puras que habían caracterizado al Neoclasicismo dejándole desvirtuado, pues su interés por la Antigüedad es superficial, sólo con afán decorativo y no como consecuencia de la búsqueda del ideal. Por eso ya no se inspira en las formas puras de la Grecia clásica y de la Roma republicana, sino en las de la Roma imperial, lo que justifica, por ejemplo, el predominio del orden corintio y no del dórico.

     Al adoptar los principios de la antigüedad clásica como doctrina estética de su reinado, Napoleón dio una dimensión política al arte de principios del siglo XIX. La reproducción de obras de arte grecorromanas, así como la importancia de la nitidez del dibujo y la composición geométrica se convirtieron en las grandes bases del estilo Imperio.

     Para el nuevo emperador de Francia, y de parte de Europa, el arte ya no tenía un valor educativo, sino que servía para expresar la gloria del Imperio, además, el arte ya no estaba liderado por intelectuales, sino por servidores y funcionarios del régimen. Por lo tanto toma el estilo Imperio y no se desarrolló únicamente en la corte imperial de París, sino que se expandió con fuerza por las capitales de los estados satélites también producto de las campañas que realizó. Rápidamente, los palacios de Nápoles, Milán, Florencia, Kassel o Ámsterdam recibieron un suntuoso mobiliario que rivalizaba con el de las Tullerías.

     Dos arquitectos franceses, Charles Percier y Pierre Fontaine, fueron los creadores del estilo del Imperio francés. Los dos habían estudiado en Roma y en la década de 1790 se convirtieron en los principales diseñadores de muebles en París, donde recibieron muchas comisiones de Napoleón y otros estadistas. Esta se basó en elementos del Imperio Romano y sus muchos tesoros arqueológicos, que habían sido redescubiertos a partir del siglo XVIII. Los estilos precedentes de Louis XVI y Directoire empleaban diseños más rectos y simples en comparación con el estilo rococó del siglo XVIII. Los diseños del imperio influyeron fuertemente en el estilo federal estadounidense contemporáneo (como el diseño del edificio del Capitolio de los Estados Unidos), y ambos fueron formas de propaganda a través de la arquitectura. Era un estilo de la gente, no ostentoso pero sobrio y equilibrado. Se consideró que el estilo tenía una arquitectura «iluminada» y «liberada» justo cuando Napoleón «liberaba» a los pueblos de Europa con su Código Napoleónico.

    Aunque los edificios mantienen las líneas precisas y las estructuras simples, se impone la opulencia en los materiales y en la ornamentación a través de muchos motivos arquitectónicos (columnas), escultóricos (estatuas y relieves), egipcios (lotos, esfinges, pirámides) y otros propios del período napoleónico (águila imperial, gigantescas “N” o leones combinados con abejas). Con ellos se acomete la decoración lujosa de interiores según el gusto griego y romano, al tiempo que se reorganiza la ciudad de París llevando los mataderos y los cementerios a la periferia para realzar el centro con nuevos edificios públicos como mercados, calles largas y rectas, amplias plazas con fuentes y arcos de triunfo (Arco del Carroussel).

     Algunas de sus características son: la formalidad y la grandeza, la gracia y el uso monumental en todos los casos. En cuanto al mero arte hecho, se hace uso de tonos más intensos, en el caso más artístico, con mayor presencia (como el famoso “verde napoleón”). Para el mobiliario, se escogen maderas más oscuras, como la caoba y el castaño.

     En la estela de la caída de Napoleón, el estilo fue adoptado por otros países Europa, particularmente en la Rusia imperial, donde fue utilizado para celebrar la victoria sobre Napoleón en estructuras monumentales como el Ministerio de Marina, la catedral de Kazán, la columna de Alexander y la Puerta de Narva. Este sobrevivió en Italia mucho más que en el resto de Europa, debido en parte a sus asociaciones con el Imperio romano, y también porque fue establecido como estilo nacional arquitectónico después de su unifiación en 1870. Mario Praz se refirió a este estilo como "Imperio Italiano".

La Revolución Francesa creó toda una doctrina, con el fin de mostrar al pueblo, el advenimiento de un nuevo amanecer, de un renacer inspirado en la Grecia y Roma clásicas, pero también en los símbolos de lo moderno, lo cual tenía un papel importante en la vida intelectual, artística y política del siglo XIX. Las élites triunfadoras que instauraron el nuevo régimen se apoyaron de todo aquello que hiciera olvidar a las masas los antiguos signos del poder monárquico, tratando con ello, construir un nuevo orden social, pero también estético y es ahí donde este estilo también hizo aportes para la legitimación de la Revolución. 


Bibliografía:
COLL Mirabent, I., Las claves del arte neoclásico. Cómo identificarlo, Barcelona, Ariel, 1987.
.

Comentarios

  1. La autora del ensayo hace un recorrido por la evolución del arte en Francia, enfocándose sobre todo en el periodo napoleónico y en su valor simbólico. Describirá como este estilo artístico, visible en arquitectura, decoración de interiores, mobiliario y moda, toma elementos de la antigüedad clásica y los mezcla con otros más modernos para generar una narrativa.

    Es muy interesante como a través del análisis de este estilo artístico nos podemos adentrar al pensamiento imperante de la época. Es el arte como símbolo el que da a conocer la realidad política de aquellos tiempos, el mismo era mucho más que solo su valor estético, tenía un fin práctico: exaltar la gloria del imperio y de Napoleón.

    Aprendí sobre la evolución del arte y sus características en la Francia napoleónica y sobre como el mismo trae consigo un significado más profundo y una intención que solo se puede vislumbrar a partir del estudio de la figura de Napoleón, su contexto y sus ideas expansionistas. El arte mismo encarna a la figura de napoleón: su dualidad, clásico y moderno; y su necesidad de crear símbolos propagandísticos que legitimaran el nuevo orden que quería imponer.

    ResponderEliminar
  2. Me gusta mucho la reflexión de mi compañera en torno a cómo el arte durante la era napoleónica serviría como un reflejo de sus ideales, su superioridad y su opulencia. Nos responde a la pregunta de cómo aspectos que podemos ignorar como lo es la arquitectura, las decoraciones o las pinturas, tienen un fin y son pensados para demostrar algo en específico, en este caso, cómo el imperio de Napoleón vendría a superar todo y sería el mejor de todos los tiempos, tanto así que este estilo artístico serviría años después como símbolo del progreso y el poder. Nos aporta historiográficamente que Napoleón se veía a sí mismo como el mejor de todos los tiempos, quien vino a revolucionar el mundo entero y era símbolo de la libertad, el poder y la opulencia; y claro que quería dejarles ver a todos esto. Aprendí sobre cómo cosas tan simples como la madera, los colores, las columnas y más cosas sirven como un reflejo de los ideales de quien los manda a hacer de tal manera y cómo Napoleón se inspiró mucho en la antigüedad clásica pero se veía hasta superior a ésta.

    ResponderEliminar
  3. El texto tiene muchos datos duros, pero se entiende que el arte tiene un uso más de apariencia en el reinado de napoleón, que se ve reflejado en la arquitectura y en la decoración de los espacios, esto demuestra poder y una cierta ideología. No responde a una pregunta, su aporte historiográfico es el análisis de la imagen, que se ve reflejado en este estudio de cómo se retoma ciertos aspectos de un estilo anterior, y como lo adaptan para formar un nuevo estilo; lo que aprendí fue que el poder se puede demostrar de muchas formas y una de las formas más sutiles es el arte.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La influencia de la Ilustración en la Independencia de las 13 colonias de Norteamérica

Los chismes en la Revolución Francesa

Los medios de transporte en la Revolución Industrial