Frankenstein y los bajos fondos: el pobre malo y su marginación

 Alitzel Zendejas Martínez 

En la novela clásica de Mary Shelley Frankenstein o el Moderno Prometeo se nos presenta al monstruo creado por el científico Victor Frankenstein, que en el imaginario popular es conocido por el apellido del doctor. Hacer un análisis de este personaje en relación con los bajos fondos me parece muy interesante, pues podemos asociar al monstruo como perteneciente a los bajos fondos, a los sectores marginados de la sociedad, por la forma en la que es tratado por los demás. En la novela se nos dice que es rechazado por la forma en la que se ve pues esta hecho de partes de cadáveres y que por ello es que las personas lo rechazan sin antes darse la oportunidad de conocer su carácter. Sin embargo en este ensayo me interesa explorar la idea de Frankenstein siendo marginado por pertenecer y representar una imagen muy negativa de lo que es pertenecer a los bajos fondos.

De acuerdo con el texto de Dominique Kalifa, entre los siglos XII y XIII hubo un cambio en la manera de pensar a los pobres en Europa. Anteriormente se glorificaba la idea de ser pobre al compararla con la pobreza en la que vivió Cristo; en Europa abundaban los pobres y eso no significaba un problema en si, porque era un símbolo de virtud y se complementaba con la idea cristiana de la caridad. Sin embargo a partir de estas fechas, inicia el cambio en las mentalidades europeas. Los pobres ya no comprenden a la mayoría de a población, sólo son un sector de ella; dejaron de tener esta connotación positiva y con el tiempo (y mientras se desarrollaba el capitalismo) se volvió algo negativo y vergonzoso el ser pobre y no tener ninguna ocupación: un ser decadente. Entonces, la palabra pobre ya no se asocia con la condición sagrada de Crsito sino con la fealdad, la maldad, la otredad, la suciedad, la enfermedad, la vagancia, la holgazanería, la deformidad, lo peligroso, entre otras connotaciones igual de negativas. Como la presencia de los pobres se volvió incomoda para los demás sectores de la sociedad, empezaron a buscarse alternativas para deshacerse de ellos: la más popular fue encerrarlos para que no estuvieran visibles, ademas de proporcionales actividades y trabajos.

Entonces, es posible reconocer en el monstruo de Frankenstein varias de estas características antes mencionadas acerca de los pobres malos: en primer lugar su aspecto causa repulsión a cualquiera que lo ve, en parte porque no se ve como se vería una persona normal al estar hecho de partes de otros cuerpos, lo cal lo hace un ser deforme. Pero también es descrito como portador de harapos; es un vagabundo porque no tiene ninguna ocupación fija, se la pasa viajando de un sitio a otro en busca de refugio. Es muy interesante lo referente a la maldad del monstruo porque al principio se nos presenta como alguien de naturaleza noble, pero por el rechazo que sufre se vuelve malvado, hasta el punto de cometer crímenes terribles contra personas inocentes para torturar a su creador. Por lo tanto, no me parece difícil imaginar que las reacciones de la sociedad del siglo XIX hacia los pertenecientes de los bajos fondos hubieran sido de rechazo, marginalidad y abandono, tal como los experimento el monstruo de la novela de Shelley, puesto que en ese momento ya estaba bien establecida esta idea del pobre malo y peligroso que debía de ser extirpado de la sociedad.

Referencias:

  • Dominique Kalifa, Los bajos fondos, Instituto de Investigaciones Dr. José Maria Luis Mora, 2018, pp. 63-72.
  • Mary W. Shelley, Frankenstein, Grupo editorial Tomo, 2001

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