Los lobos que aúllan a la luna de la verdad
López García Eduardo
¿Se puede vivir a-ideológicamente? Yo no lo creo. Se puede aspirar a vivir anti-ideológicamente, pero esa no-ideología no es sino otra ideología en sí misma. El nacionalismo, como cualquier ideología, no puede prescindir de una verdad verdadera. Y sé que esto podrá sonar contradictorio, pero déjenme explicarme.
Si lo pensamos bien, cuando discutimos con alguien, sobre el tema que sea, y esta persona es contraria a nuestras posturas, solemos adjudicarle a la susodicha el epíteto de necio. ¿Cuántas veces no hemos discutido con nuestras mamás y éstas nos han llamado necios a nosotros pero a nuestro parecer ellas son las erradas y por ende encajan en la definición de necias? ¿Por qué si la verdad es obvia para nosotros no resulta obvia para nuestro contrario? Si uno sostiene que afuera está lloviendo y la otra persona tiene acceso al mismo conocimiento que uno (el de la lluvía cayendo sobre la acera) ambos podrán coincidir en que está lloviendo, es obvio. ¿Pero y qué pasa con otras obviedades? Por ejemplo, ¿cómo convencer a un teísta de que Dios no existe si para éste la existencia de Dios es evidente, y sobre todo obvia?. Yo como ateo lo tacharé de necio y dogmático, ¿pero acaso yo no seré un necio y un dogmático para él? Yo podré decirle que es irracional pensar que Dios permite el mal (el famoso problema epicúreo del mal) y él podrá contestarme que es irracional negar la mayor evidencia de la existencia de Dios: la existencia misma.
Además, se podría argumentar que la lógica (con todos sus principios) nunca falla y es universal (pues una de las principales características de la verdad es su universalidad, pues si esta no es universal y no está al alcance de todos, por los medios racionales o irracionales que se deseen, no puede considerarse como verdad, sino, a lo sumo, opinión) pero ¿y qué ocurre con las contradicciones lógicas? ¿Podemos creerle a Epiménides cuando menciona que todos los cretenses son mentirosos cuando él es un cretense? O peor, las incompletitud matemáticas, ¿qué hacer con el dilema de elevar 0 sobre 0? ¿Cuál es el resultado, es 1 o indeterminado? La respuesta que suelen dar los matemáticos es: depende a quién le preguntes. Pues la respuesta la darán por un criterio de utilidad (dependiendo si a un problema le es útil el resultado de 1 o indeterminado) pero no por un criterio de verdad. ¿De cuándo acá la verdad está subordinada al depende?
¿Puede alcanzarse la verdad? No lo sé. Pero algunas personas creen poseer la verdad verdadera. Y como verdadera que es esta verdad no pueden tolerar una verdad no-verdadera.. Así, tomando de ejemplo la película This is England y basándonos en la idea mesiánica y universalista que explica Hobsbawm que surgen tras las escisiones de las revoluciones herederas (o supuestamente herederas) de la revolución francesa que exaltaba la libertad y se creían la revolución por sobre todas las otras revoluciones, podemos entender un poco más cómo la pertenencia a una nación (que no es lo mismo que patria), que en principio podrá sonar hasta bueno, puede llegar a ser la causa de grupos intolerantes como los Skinheads que vemos en la susodicha película.
Como bien lo menciona el autor, con esta idea de nación que estaba al rojo vivo durante la mitad del siglo XIX, podemos ver cómo una Polonia (mediante un grupo de jóvenes nacionalistas) se proclama la libertaria de todos los pueblos subyugados o cómo un grupo de alemanes proclaman que el mundo será salvado por el puro espíritu germano. Y si bien, siguiendo con el autor, dichas declaraciones pudieron ser nada si sólo permanecían dentro de estos grupos reducidos de conspiranoicos, lo cierto es que esto no se dio, pues muchas de las veces el poder (la clase dominante) vió en estas nuevas ideas un beneficio, y por qué no, encontró en dichas ideas la verdad.
Con esto, podemos entender un poco las aberraciones que crearía el nacionalismo tiempo después. Pues la Alemania Nazi que veía como legítimo exterminar pueblos enteros surge de una idea de superioridad nacional, en el que las razones y la verdad de Alemania son la única verdad aceptable, y como verdad aceptable (al menos para ellos) es legítimo hacer las atrocidades que hicieron y eliminar a los necios (o incluso malos) que se atrevan a cuestionarla. Otro ejemplo podrían ser los jóvenes pertenecientes al Skinhead, quienes creyéndose críticos de un sistema supuestamente corrupto y alejado de lo que ellos consideraban verdadero (que eran los supuestos valores ingleses) llegaron a hacer lo que hicieron, pues ¿por qué habría de ser malo lo que ellos hacían si lo avala nada más que la única y verdadera verdad? Porque sí, criticar algo es convertirse en un necio que no acepta la necedad del otro necio. En este momento estamos hablando de nacionalismo, pero ¿ y qué hay de la religión? ¿de los accidentes de tráfico en donde cada involucrado cree tener razón? ¿de las discusiones con la tía católica que ve mal la homosexualidad? ¿de todo aquello en donde identificamos necios y a la vez nos convertimos en unos?
Quizá hoy las personas mueren (y muchos de ellos voluntariamente) por defender una bandera, un nombre y unos valores que puede que en 500 años nadie los recuerde, pero no hay que olvidar que el hombre es un ser dogmático que es capaz de dar la vida (o quitársela a un necio que se opone a la supuesta verdad) por la verdad. Antaño los musulmanes mataron en nombre de su Dios, y lo mismo que asirios, hinduistas y cristianos; los ilustrados mataron religiosos que se oponían a su verdad racional; los Bolcheviques mataron a anarquistas y mencheviques por igual por oponerse a la revolución; y todos creyeron, muy honestamente, estar haciendo lo correcto, pues su verdad, era su única verdad.
“Ningún escéptico ha hecho una guerra” -Emil Cioran
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